Jardín Japones

“La trama intelectual en la cual queda envuelto el jardín, crea un efecto especializado, que es comprendido por solo aquellos que poseen la capacidad para captarlo; pero esto, no tiene que impedir crear un lugar agradable, sobre todo en los casos de jardines construidos como disciplina espiritual; también esto es válido para el mundo del bonsái; debemos salir de las reglas ya creadas, instituidas, para crear obras maestras de vanguardia, que seguramente serán también admiradas en épocas futuras”

Concepto de jardines japoneses

 

El jardín japonés es un jardín espiritual, sumamente refinado en su estética, en sus formas y en su fondo, las diferentes tendencias o estilos de jardines, han contado siempre en su concepción con el respeto a los estilos anteriores, incluso se han incorporado a los nuevos estilos o tendencias en la jardinería japonesa durante la larga historia de esta.

 

Estos estilos o tendencias de los diferentes jardines japoneses, son fruto siempre y en todos los casos del budismo chino, que llegó en las distintas épocas hasta Japón; no obstante, la cultura japonesa con tendencias más refinadas, fue superando a los jardines chinos, menos refinados.

 

El jardín japonés observa los siguientes ideales en todos sus estilos:

 

1º la asimetría en todos los elementos del jardín. Siempre el jardín en Oriente es asimétrico, este concepto es sustituido por el equilibrio general de la composición en el conjunto del diseño, en todos los elementos que lo componen.

 

2º la simplicidad en las formas, con elegancia y gran profundidad espiritual.

 

3º la belleza del vacío, de las zonas vacías. En el diseño se contempla como necesario y complementario los espacios vacíos, llamémosle agua, tierra, pradera, gravilla.....la contemplación de este punto es fundamental para la armonía del diseño en su conjunto.

 

4º la austeridad majestuosa, la belleza de lo simple, de lo austero. La grandeza que transmite una verdadera obra de arte, donde con poco se puede expresar mucho.

 

5º la refinada profundidad. De lo sutil. Las acículas de pino en el suelo, o las hojas caídas del arce, la pequeña planta de acento, el musgo cuidado con mimo; todo ello se refiere a las pequeñas cosas que son a veces mucho más importantes que otras mayores.

 

6º la naturalidad, representa a la misma naturaleza salvaje, savia, equilibrada, racional; todo lo que se contempla en el jardín nos debe parecer que la misma naturaleza lo ha colocado allí, nunca sentiremos que sobra o que está de más, sino todo lo contrario.

 

7º la serenidad suspendida, que dá lugar a la meditación por medio de la contemplación sosegada. La contemplación del jardín nos debe “cargar las pilas”, nos debe transmitir serenidad, el jardín nos debe invitar a introducirnos en él, de forma íntima, acogedora, privada; lejos de la vista del espectador que está fuera de él, el jardín es nuestro mundo privado, infranqueable, inaccesible a los extraños.

 

En definitiva, la paz espiritual que nos transmite el jardín japonés en su contemplación, si se han observado todas las anteriores.

 

Los jardines, representan un refinamiento cultural. Un jardín bien realizado constituye una obra de arte en sí mismo, y, por su naturaleza delicada, viva, en constante desarrollo, con cambios estacionales y necesidades de continuos cuidados y atenciones, decaen y desaparecen cuando deja de existir el espíritu que las creó. El jardín japonés en todos sus estilos está tan sumamente unido a la sensibilidad estética de su autor, desprende tal refinamiento, que cualquier cambio estético o de mantenimiento del mismo repercute sensiblemente en el conjunto del jardín.

 

Hay algo que debemos considerar a la hora de crear un jardín japonés en cualquiera de sus estilos; y es el tener en cuenta el medio en el que se va a crear el jardín. Aunque Japón está en el mismo meridiano que España su climatología, la composición del sustrato, los vientos dominantes, la intensidad de la incidencia solar, la orientación clásica en Japón de algunos de sus jardines, y otras consideraciones; es muy diferente a la del Mediterráneo.

 

Debemos saber que cada estilo posee conceptos muy claros, reglas establecidas, que debemos observar; debemos ceñirnos a los diferentes estilos, pero no hay que utilizar todas las plantas que se utilizan en Japón, ya que muchas de ellas no prosperarán en nuestro medio particular.

 

Debemos usar las plantas más apropiadas dentro de la zona geográfica donde pretendamos crear el jardín. Lo importante es mantener el estilo, la filosofía, la pureza del jardín; las plantas que lo componen ocuparán siempre un segundo lugar.